El candombe representa el sentir uruguayo y ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
¿Cómo pudo ocurrir esto, siendo una expresión de los afro-descendientes traídos como esclavos al Virreinato del Río de la Plata, en el perverso mercado de seres humanos? No lo sabemos, pero lo cierto es que vibramos con esta música cualquiera sea nuestro origen étnico, en cualquiera de los diecinueve departamentos de Uruguay. No es extraño, entonces, que “Candombe” sublimice lo más esencial de esta expresión musical, para ofrecer bajo otra óptica, la magia que nos hace vibrar, movilizando nuestros pies, manos y cuerpo, dejando a flor de piel el dolor de los golpes en nuestras entrañas.
Desde su niñez Cervetti, escuchando los toques del candombe en las tardes carnavalescas de su ciudad natal, se sintió enormemente atraído por esos ritmos repetidos que aquí en su versión para orquesta son trasmitidos casi textualmente en una orquestación que el compositor español José Luis Turina ha calificado de "brillantísima". El original de esta obra es para clavecín y fue estrenada en Madrid en 1985 por María Teresa Chenlo. Cervetti ha dedicado esta versión del Candombe para gran orquesta a la ciudad de Dolores que le vió nacer.
(Estela Amuz, Oct. 2011)