Durante la ceremonia, y en medio de un trance, chamanes, profetas y pitonisas, tienen en colectivo estas tres visiones proféticas (representadas en cada movimiento). Cada uno de estos personajes representa a uno de los cuatros elementos clásicos (aire, agua, tierra y fuego), simbolizados en la obra en los cuatros grupos instrumentales (clarinete en Sib, arpa, percusión, violín y violonchelo) dando como resultado esta particular propuesta tímbrica donde, a través del tratamiento muy personal del serialismo, se ha priorizado el carácter expresivo y dramático que da forma a esta elucubración fantasiosa. Los nombres de cada uno de los movimientos se han simplificado de manera intencional para dejar que sea el espectador quien complete la simbología musical yacente en la obra.
Caracas, 16 al 25 de mayo | 12 al 19 de octubre, 2014