La mirada no miente y no miente porque es una ventana a los sentimientos, a los pensamientos, a lo profundo de una tristeza en el alma o una alegría en el corazón. El tema de esta pieza es la mirada y las distintas emociones que se hacen transparentes, así como el agua.
Fue compuesta en conmemoración de una mirada sutil, penetrante, conmovedora, como la esencia de una dignidad inquebrantable que sólo puede manifestarse en una lágrima y ser atrapada por la vivencia del momento, y recordada, cada vez, por los sonidos. Se expresa a través de elementos técnicos tonales, modales, de un impresionismo que no he dudado en denominarlo como andino y de secuencias contrapuntísticas.
Caracas, 16 al 25 de mayo | 12 al 19 de octubre, 2014